martes, 11 de marzo de 2008

Fraude

Los días más dolorosos son aquellos en que uno siente que vive rodeado por un gran fraude. Defraudado, sin consuelo, desesperanzado, incluso avergonzado. Sin rumbo.

Desconfiado me pongo las lentes debidamente graduadas para observar los comportamientos y valores de mis compañeros de especie. Pecando de inocente me doy cuenta de que no es el talento, el genio, la honradez y el sentimiento lo que hace que la rueda gire. Es la mezquindad, la mediocridad, la grosería, la ambición, la mentira (más o menos disfrazada u oropelada), la lujuria (superficialmente seguimos valorando la belleza embobada y embobante, vacía y sin sentido). Valores adolescentes y maduros, todos pecamos y sufrimos de "edad del pavo".

De este modo seguimos aquí, donde estamos. Y así nos espera el futuro. El que siembra recoge. Si se siembra mediocridad se recoge mediocridad. Si aplaudimos la grosería nuestros descendientes serán groseros. La ambición en un mundo mediocre lo único que cosecha son malas hierbas. Pan para hoy, hambre para mañana.

Sí, lo sé. Sé que hay gente que tiene talento y otra que lo valora. Sé que hay gente honrada. Sé que el mal gusto no solo a mí exaspera. Lo sé. Días así no me consuelan las especies en vías de extinción.

No hay comentarios: