sábado, 29 de marzo de 2008

Si no fuera por ti, HBO

Mirar, desear y obtener. Poseer lo que te entra por los ojos, satisfacción inmediata, saber que el anhelado objeto que te venden en el escaparate lo vas a disfrutar inmediatamente en tu casa. Como un niño rico y caprichoso, sin necesidad de consultar y evaluar el precio. Es la bendita relación que puedo establecer desde hace mucho tiempo con los libros, los discos y las películas (nunca me acostumbraré a llamar a las cosas maravillosas por su nombre moderno, a lo de compactos y DVD, a esa prosaica definición de la magia), pero si mi economía sólo me permitiera subsistir, dar de comer a mi cuerpo y disponer de un techo, no dudaría en robar lo que alimenta mi alma. La desolada queja de Mallarmé: "La carne es triste, por desgracia, y yo he leído todos los libros", rebosa lucidez, pero todo resulta menos sombrío si tienes a mano todas las películas que amas, si dispones de las mejores drogas para cada estado de ánimo.

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Carlos Boyero
Publicado en Babelia (El País) 29 - 3 - 2008

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